Érase una vez una niña que vivía en Tailandia, pero..sus padres se querían mudar
a Hawai ya que siempre fue su sueño ir allí.
Un día la niña vino de instituto y los padres le dijeron:
-¿Estás preparada?
-¿Para qué? -la niña respondió.
Un silencio absoluto y las maletas en la puerta contestaron a la pregunta de la niña.
En seguida la niña subió a su habitación y empezó a llorar desconsoladamente, los padres subieron angustiados y le dijeron:
-¿Qué te pasa?
-Nada, simplemente no me parece normal que me tenga que ir de aquí sin despedirme de mis amigas y encima jamás volveremos. -Respondió la niña.
-Ya hija, pero lo que pasa es que debemos de ir allí, será mejor nuestra vida, tus estudios y tú futuro. Respondieron los padres.
A la niña en esos momentos no le importaba su futuro, ya que no sabía lo que iba a pasar, si se moriría o si a la mañana siguiente al salir de casa la atropellaría un coche o algo.
La niña seguía empeñada en no irse de Tailandia.
Pero...los padres ya tenían los billetes.
La niña ante la situación no sabía que hacer... Decidió que era mejor morir, antes que irse a un lugar donde ella no quería estar.
En la noche, los padres subieron a la habitación de la niña y se encontraron a la niña tirada en el suelo con una cuchilla en medio de un gran charco de sangre... Los padres se desesperaron no sabían que hacer, llamaron a una ambulancia pero.. ya era demasiado tarde.
La niña murió y sus padres con una angustia tremenda la enterraron y cada día lloraban por ella, ya que si no se hubieran empeñado en irse de Tailandia, la niña seguiría con vida.
